Cosas inexplicables
que ocurrieron en Febrero;
Mi buen amigo Iker
Jimenez prepara un programa en directo desde Panticosa. La nave del misterio
parece que va a navegar en nuestras montañas ante los insólitos hechos que
acontecen en la estación conocida como la “Joya del Pirineo” o “La pequeña
Suiza” o “El valle encantador más parecido a Aspen de los Pirineos” o (..)
El misterio empieza
no muy lejos de la escuela; a unos escasos metros de ella. En ese punto se
yergue una pequeña cabaña de madera que dicen (tal y cual) se encuentra
encantada. Parece ser que hace mucho tiempo, se disparaba desde ella contra la
montaña de la bandera para tirar avalanchas. No está muy claro su verdadera
función o si esto es real. En cualquier caso esto sería cuando Klaus era auxiliar
y se esquiaba con cantos de bronce. Hay esquiadores que aseguran escuchar voces
y otros juran ver espectros de cursillistas merodeando la cabaña. Tras arduas
investigaciones lo que si se ha constatado es que hay un punto en la caseta
donde la nieve se deshace inexplicablemente rápido. Independientemente del frío
o de la nieve que caiga, en esa esquina maldita, la nieve desaparece
súbitamente. Se analizaron las corrientes de aire, la posibilidad de un sima
que conduzca calor y otras posibilidades geotermales de la zona dando negativo
todas ellas. Puede que en tiempos remotos allí se erigiese un altar neolítico y
haya sido un lugar de culto para deslizadores desde entonces según el doctor
Mac kintons del CETI. Puede existir en ese punto una zona telúrica que haga que
la energía aflore a la superficie y funda la nieve pero a ciencia cierta se
trata de un misterio hasta ahora. Ayer fui al punto ese a mear y pude constatar
que la nieve se había fundido y entendí porque el equipo de investigación tardó
tan poco tiempo en acabar con sus pruebas; un olor nauseabundo. Casualidad? No lo creo..
Otro de los
misterios fue el milagroso suceso que aconteció en la montaña de Mandilar. Uno
de nuestros monitores se encontraba allí disfrutando de un momento de tiempo libre
cuando lo inexplicable lo golpeó. Fuentes cercanas al monitor que fueron
testigos presenciales corroboran las palabras de la víctima. Tras analizar las
declaraciones del profesor y los testigos, todo apunta a una abducción. “Estaba
esquiando en una pala que tiene una orientación (…) la hora sería exactamente
las 15.37 porque me acuerdo perfectamente que (…). Llevaba unos esquíes ideales
para la práctica de ese tipo de nieves (…) ya que tienen unas cotas (…) y
además por su inclinación y morfología (..) que si le añadimos que (…)” dijo el
protagonista de lo insólito. Esto entre muchos más tecnicismos que una persona
de su entorno nos sintetizó más tarde y mucho más rápido para un formato de
noticia como este. “Una pala pendiente y soleada en una hora que la nieve se
estaba transformando rápidamente en pesada. Si, las 3 de la tarde
aproximadamente.”
Preguntado por el
hecho en sí, la víctima, utilizando un lenguaje taurino para simplificarnos su
florida y ultra-técnica verborrea nos lo describió así: “(…) acabada esa curva,
comienzo la siguiente. La hago (…) porque las circunstancias (…) y además es mi
costumbre (…) ya que (..) y teniendo en cuanta la sensación de la nieve(…) ya a
mitad de la curva sentí que…las curvas quiero explicar…que (…). En la fase de conducción,
todavía sin llegar a máxima pendiente porque (…)”. Sería muy largo de contar
aquí y tendríamos que hacer entrega por fascículos si quisiésemos plasmar las
palabras del interesado en su totalidad. El párrafo anterior es un
pormenorizado relato de medio giro en la pala de los sucesos que una persona de
su entorno nos sintetizó más tarde y mucho más rápido utilizando su lenguaje:
El “menda” comenzó a bajar y en el primer giro soltó una colada que siguió su
curso lentamente por la pendiente. El “prenda” siguió esquiando sin darse
cuenta que lo que seguía bajando era cada vez más grande. Tan extasiado estaba
en su faena que sus trayectorias se cruzaron en un momento de la pendiente
sorprendiendo a propios (el “nota”) y extraños (personas de su entorno y
testigos). El “capeador” oyó un bufido enorme y un estruendo tremendo como un
vitorino. La gran mole empitonó (a las 3 de la tarde) y revolcó al “niño de la
pala” con toda su bravura. Una cornada tras otra sufrió el “matador” hasta que
paró ese bragado y zaíno morlaco de la ganadería de aramon. Más cornadas dan
los cursillistas diría después el interesado. El silencio se adueñó de la plaza
(pala perdón) y la sombra de lo insólito se cernió sobre el tendido. Durante
unos segundos el torero desapareció; una puerta a otra dimensión, marcianos
abduciendo al maestro?. De repente un murmullo lejano y más tarde un verbo
florido para pasar a la visión de una figura de largos miembros y oscura faz.
Un humanoide de otra dimensión? No. El maestro resurgiendo de lo insólito que
lo enmudeció por unos segundos. Coincidencia? No lo creo. La nave del misterio
pudo demostrar que el portal interestelar no devolvió todo lo que se tragó; se
había cobrado unos esquíes.
Desde Cuarto
milenio, para Pirineo total; Rustav Cristiania.
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